¿Cuánta confianza debo poner en mi relación? Pues no podemos cuantificar, es más sencillo de lo que se piensa ya que si en algún momento de la vida tomaste la decisión de compartirla, pues desde ahí desde ese momento empezó tu confianza a trabajar y estructurar ese sentimiento, que irá creciendo día a día y deberás ir cultivando para que sea una estructura fuerte, eso sí importante recordar que te toma mucho tiempo cultivarla y mantenerla, pero segundos en destruirla.
Estas atrapado en tus emociones te sientes culpable y tu autoestima esta por los suelos además de sentir que todo lo malo que pasa entre tú y tu pareja es por las decisiones que tomas. Tu mente no para de pasar momentos que sientes siempre pudieron estar mejor, escuchas a tu pareja que incluso si algo va a salir mal o este llega a sufrir algo es por tu culpa, ya no puedes decidir, no te sientes en autonomía, haces pensando las cosas siempre y cuando le agraden a otra persona, encuentras muchas prohibiciones y … la lista continua y vamos a sintetirzanos diciendo que tienes el corazón encadenado, déjame decirte que es momento de hacer verdaderos replanteamientos, puede ser que estés conviviendo con una persona toxica has pensado en cómo salir de esa situación, que necesitas para fortalecer tu voluntad cuando vas a tomar decisiones , te has dado cuenta que debes pasar a la acción.
Las razones por las que podemos mantener una relación tóxica pueden ser muy diversas, pero casi todas tienen una serie de puntos en común, los cuales pasaré a detallar a continuación:
Baja Autoestima
¿Qué es la autoestima ? Es un conjunto de percepciones, valoraciones y sentimientos que hacemos con respecto a nosotros mismos. Se considerará baja cuando nuestras creencias estén basadas en no ser merecedores de algo mejor, por lo que en el caso de este tipo de relaciones se tiene la idea de que no podemos estar sin esa persona porque ella es la que siempre ha estado ahí para ayudarnos en todo. Empiezan las preguntas recurrentes como ¿quién me va a cuidar? ¿quién me va a amar? ¿quién me va a animar a seguir adelante?
Creer que somos la solución a sus problemas
Por el contrario podemos tener la sensación de que nosotros somos salvadores de esa persona, que podemos calmar sus malestares y conseguir que vea la realidad desde otro punto de vista idóneo para ambos. Se fantasea con el hecho de que hemos llegado a su vida para hacerlo cambiar, que con nosotros la cosa será diferente. Esto provoca mucha frustración y mucho sufrimiento, ya que hemos basado nuestra relación en unas expectativas poco reales, en vez de basarla en el aquí y ahora.
Si bien es verdad que se pueden cambiar rasgos de personalidad en la otra persona, esto sólo sucederá cuando ésta esté dispuesta a cambiarlos y no antes. Por lo que el deseo de mejorar la vida del otro no tiene que significar que el otro la quiera mejorar, es ahí donde se produce la frustración. No podemos cambiar el entorno, pero si la actitud con la que nos enfrentemos a él.
Yo soy la víctima en esta historia
Llegamos a creernos las palabras hirientes que nos dicen y pensamos ¿quién nos va a querer más que él/ella?. Si tan mala persona soy y no me merezco nada, ¿cómo voy a dejar esta relación con la suerte que he tenido de dar con alguien que si me aguante?. Ese miedo a quedarnos solos y pensar que tenemos lo que merecemos, es lo que acaba siendo más limitador. Una vez más aparece la inseguridad.
Dependencia Emocional
Tratamos de suplir carencias afectivas, pretendemos que el otro nos de lo que nosotros mismos no somos capaces de gestionar. Esta sensación en ocasiones nos lleva a mendigar cariño y es cuando empiezan los desencuentros emocionales.
Miedo a quedarse solo
Quizás esta sea la característica más común, ya que por miedo a no quedarnos solos toleramos cualquier tipo de relación, aunque ésta nos haga sentir mal. Pero lanzo una pregunta al aire ¿no es peor la sensación de estar sólo aún estando acompañado?.
No hemos de confundir soledad con desolación, la soledad es un estado en el que la persona encuentra la paz interior, la desolación es sentir esa carencia de no estar acompañado de alguien que consideramos nos aporta lo que nosotros no sabemos gestionar.
Miedo a lo que está por venir
Otras personas se acomodan dentro de esta relación, por mucho malestar que les aporte, por miedo a seguir adelante con su vida y abrir nuevos caminos. Es lo que supuestamente se conoce como Zona de Confort o Seguridad, aunque en este caso es una seguridad ficticia.
¿Cómo gestionar una relación así?
Trabajando la autoestima, estableciendo límites al malestar y aprendiendo a comunicarse acertivamente
Una cosa está clara, el amor no es malestar, ni dependencia, ni miedo, es libertad y satisfacción. Si no sentimos eso, entonces no es amor.